La verdad sobre el Fujimorismo
Vale la pena hacer una breve disquisición que permita al lector advertir lo atípico del fenómeno Fujimori, porque es eso: una cosa insólita, inexplicable y que algún día será materia digna de estudiar, de analizar, por sociólogos, antropólogos, politicólogos y especialmente psicólogos.
Lo insólito, lo increíble, es que parece haberse creado un “culto a la personalidad” alrededor de una persona y una conducta que lo único que debería merecer es no solo reprobación sino repudio.
La creación de un culto a la personalidad en los casos de Víctor Raúl Haya de la Torre y Juan Velasco Alvarado, pudieron forjarse en el caso del primero porque – como dijo Andrés Townsend en una ocasión – el aprismo, desde sus inicios, se creó como una religión, con sus mártires, sus perseguidos, sus catacumbas, el odio de la oligarquía y el mensaje mesiánico de esperanzas que, por décadas, encarnara Víctor Raúl Haya de la Torre a quien Luis Alberto Sánchez, el más importante intelectual del APRA le dedicara estas palabras “con Haya ha muerto un santo, un apóstol, un mártir. Lo mataron el odio, la envidia, el resentimiento”. Con tan desmesurada elegia, se puede entender la cuasi divinización de la figura de Haya de la Torre.” Aún hoy, a treinta años de su muerte, los apristas juramentan por “la segrada memoria de Víctor Raúl”. Creo que eso variará en unos años porque algunos apristas han comenzado a “canonizar” a Alan García.
En el caso del General Juan Velasco le hicieron, en su momento, una muy buena imágen, con dos hechos verdaderamente “espectaculares” para el populorum: la “Toma de Talara” con tanques y la realización de la Reforma Agraria. Ambos hechos los hemos analizado y solo los señalamos ahora para precisar porque pudieron – en su momento – insertarlos en el imaginario popular, que casi siempre es fantasioso y era muy receptivo a los “goles de media cancha” de Velasco.
El caso Fujimori es totalmente distinto. Él no tenía un partido, un programa, un mensaje y ni siquiera se expresaba bien en el idioma del país. Era un verdadero don nadie, un hombre “venido de la nada”. ¿Cómo explicar que después que se fugara del país, renunciara a la Presidencia por un simple fax, se refugiara en Japón, por cinco años, y hasta postulara para ser Senador japonés, puede mantener seguidores? Y más grave aún si nadie discute que su régimen ha sido el más corrupto en la historia del país. ¿Cómo se explica que la hija de un Presidente condenado con cuatro sentencias de la Corte Suprema por delitos contra el patrimonio y de homicidio por lesa humanidad sea considerada primera en las encuestas? ¿Cuál es la perversión moral que permite que tantos razonen en contra de la decencia? ¿Cómo se explica la “adhesión” a Fujimori? Incomprensión aún mayor si todas las encuestas dicen, hace meses que el más grave problemas del país es la corrupción, entonces la favorita para ganar es la hija del más corrupto ¿o es que todos son tan tontos que creen eso de “mi papá no sabía nada”?
Trataremos de explicarlo aún que algunos no van a querer entenderlo.
Cuando los fujimoristas son interrogados por las razones de su adhesión a Fujimori se apoyan en tres afirmaciones y nunca dan otra más.
Y esas tres son :
1° Resolvió la terrible crisis económica en que vivíamos, derrotó la hiper inflación y provocó el despegue económico del país.
2° Derrotó al terrorismo y
3° Su obra. Así, en singular.
No dan ninguna otra razón. Sólo esas tres.
Aunque admitiéramos como totalmente válidas esas razones ellas no justificarían que aceptáramos la corrupción y tantos y tan graves atropellos a los que nos referiremos en adelante.
Pero lo cierto es que esas tres razones son febles, débiles y casi unas falacias. Esas razones vamos a analizarlas y demostraremos en qué hechos verdaderos se sustentan.
1ero. Para valorar cuánto hay de cierto en el arreglo de la situación económica, hay que refrirse a los antecedentes, que son de conocimiento público.
Al terminar el calamitoso y corrupto primer gobierno de Alan García el país estaba económicamente en escombros, la hiperinflación era un asunto de manicomio, habíamos superado la hiperinflación que tuvo Alemania al término de la Segunda Guerra, lo cual era un record mundial. Teníamos lo que los sabios economistas apristas llamaban “reservas negativas”. No teníamos ni un dólar de reservas, no había dinero ni para pagar planillas estatales. No había medicinas en los hospitales estatales. Las vías de comunicación y los hospitales no tenían mantenimiento. El país estaba en un estado de postración económica peor que cuando terminó la infausta guerra con Chile.
Todo eso lo sabía y lo sufría todo el país y naturalmente lo sabían los candidatos a la Presidencia de la República. El candidato Vargas Llosa, el favorito, había expuesto la situación en las plazas públicas y había dicho con toda claridad y franqueza que, de ganar él se iba a revertir la desastrosa situación del país y con igual franqueza – había dicho que para ello el país debería estar preparado para un “shock” económico que no era otra cosa que un gran reajuste o un sinceramiento de precios. Vale decir que todos los productos subsidiados por el demagógico gobierno de Alán García tendrían su valor verdadero.
Al anunciar algo que era inevitable Vargas Llosa se enfrentó a una terrible, perversa, campaña de distorsión de su planteamiento, que se hizo aparecer como si se fuera a producir el Apocalipsis. Apristas e izquierdistas presentaron el plan de Vargas Llosa como un atentado a las empobrecidas masas populares.
Detalles y nombres de quienes dirigieron esas inlame campaña se encuentran en “El pez en el agua” de Mario Vargas Llosa, donde menciona al periodismo de estercolero que actuó en esa época y aún hoy está vigente y que es necesario recordar en este Rescate de la Memoria.
El candidato Fujimori que de economía no sabía nada, no encontró mejor argumento para enfrentarse a personaje tan ilustre como Vargas Llosa que oponerse a su programa y sobre todo al “shock” económico diciendo claramente que la fórmula de Vargas Llosa no era la acertada, que él resolvería tan grave problema económico en “forma gradual”, lo que eliminaba el “siniestro shock”.
Ganó las elecciones el Ing. Fujimori con el voto – en masa – de izquierdistas y apristas y al día siguiente de su triunfo recibió la llamada telefónica de Hernando de Soto quien ya se había distanciado de Vargas Llosa y antes de la elección había conversado con Fujimori. El mismo día de la llamada recibió Fujimori a Hernando de Soto y ahí, ese mismo día, organizaron la visita a Nueva York y Tokio en coordinación con el Dr. Carlos Rodríguez Pastor y se gestionó una entrevista con el Sr. Michael Camdessus, Presidente del Fondo Monetario Internacional, obtenida por Javier Pérez de Cuellar. El Secretario de Pérez de Cuellar era Álvaro de Soto, hermano de Hernando.
Esta historia no es invento del autor de este libro. Está recogida del libro de Carlos Boloña “Cambio de rumbo – 1993” quien en la página 21 corrobora que “de Soto le sugirió a Fujimori que para hacer este diálogo fructífero se rodeara de técnicos y asesores de peso, capaces de armonizar las inquietudes y absolver las interrogantes de los voceros del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo”.
Al mismo tiempo se comenzó a diseñar el programa económico que daría el norte al gobierno peruano. Antes del viaje Rodríguez Pastor se preocupó de enviar un fax de política económica al presidente Fujimori. Según Boloña, pag. 23 del libro citado, “El Presidente Fujimori fue recibido por los organismos financieros internacionales y basándose en el fax de Rodríguez Pastor, expuso cuáles serían los planteamientos de política económica de su gobierno”.
Cuando Fujimori lo repitió a Camdessus el contenido del fax de Rodríguez Pastor, escuchó decir a Camdessus “estoy escuchando música celestial” y Enrique Iglesias Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo que lo acompañaba acotó: “Oye, esto es otro idioma”. Estas expresiones las recogieron todos los medios de expresión. Han sido olvidadas.
Lo relatado es la auténtica verdad de lo ocurrido: El Banco Mundial recibió a un deudor moroso que se había rebelado contra el sistema y como acreedor le impuso condiciones y severas, las que Fujimori aceptó y regresó al país con un “recetario” que le impuso el Banco Mundial, una de cuyas primeras “recomendaciones” fue privatizar lo máximo que pudiera.
Al regreso de esa gira a Nueva York Fujimori se había deshecho de sus asesores económicos, a los que ni llevó en ese viaje, ni les consultó siquiera su cambio de fórmula. Igualmente rompió con los evangelistas que habían sido el soporte de su campaña y hasta con sus Vice Presidentes y se sentía el ahijado, el protegido del Fondo Monetario Internacional, del Banco Interamericano de Desarrollo. Su nuevo amigo, Hernando de Soto lo había vinculado personalmente con los personajes que representaban a los más ricos del mundo.
El shock económico, el llamado fujishock, el que había repudiado en la campaña electoral, lo aplicó el 8 de agosto de 1990. Ni siquiera esperó diez días después de juramentar para hacerlo y según expresión casi cínica de Carlos Boloña “fue como una operación con cuchillo a un paciente que estaba agonizando”.
La brutalidad del fujishock no fue lo que esperaban los que votaron por Fujimori. Distinto había sido el planteamiento de Vargas Llosa; un shock pero acompañado de medidas para aminorar su efecto.
Este shock sin anestesia fue en realidad, ni traición al electorado, un grave incumplimiento de la promesa electoral de Fujimori.
¿Por qué el pueblo no reaccionó, no salió a las calles a protestar? Sencillamente porque Alan García había dejado al país en tal estado de descomposición económica que se aceptaba cualquier medida a tomar y además la prédica de Vargas Llosa sobre tan álgido tema había preparado el ánimo para una medida. Como esa, pero que no habría sido tan brutal como el “fuji shock”.
Repetimos: Fujimori tocó las puertas del Fondo Monetario Internacional que, feliz de recuperar la oveja descarriada que era el Perú, le impuso las recetas que Fujimori aplicó sumisamente. Esa fue la gran “hazaña” de Fujimori.
Hizo lo que hace cualquier deudor moroso é insolvente, va donde al acreedor, le pide perdón y le ofrece cumplir en el futuro. Hizo lo que tenía que hacerse necesariamente, lo que dictaba el sentido común.
Y después aprovecharon los miles de millones de dólares de las privatizaciones para dilapidarlos y malversarlos. De eso nos ocuparemos posteriormente.
Y no solo fue eso: el acatamiento total a una nueva política económica que monitoreaba el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, significó, al final, la desnacionalización de la economía nacional.
¿Cuál es la razón para que los fujimoristas alaben como gran logro de Fujimori, este despegue económico, si este se obtuvo, primero por la abjuración de lo que había predicado en la campaña, casi una traición a lo que había postulado y luego una sumisión total al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial?
El lector encontrará un irrebatible testimonio de la forma cómo desde organismos extranjeros, se dirigía la privatización de empresa tan importante para el país cómo es Petroperú. Lea ese testimonio y tendrá detalles de lo que pudo ser la “canabilización” de Petroperú y que se impidió por el empeño de buenos peruanos. Así se impidió lo que estaba dictando el FMI.
Al escribir sobre privatizaciones hemos reclamado por algo que aún no tenemos: un estudio total sobre privatizaciones, no solo para apreciar las inconveniencias, irregularidades de muchas de la realizadas, sino analizar los convenios jurídicos y tributarios que acompañaban a cada una de esas operaciones.
Recién después de realizado ese trabajo así como cuando se conozca la magnitud de los nuevos latifundios, se podrá dar un juicio definitivo de lo que verdaderamente significó esa política. Pero lo que es indiscutible es que ella fue imposición del Fondo Monetario Internacional y sumisión, acatamiento de Fujimori que un día dijo claramente que él era fondomonetarista.
Y todo ello solo reveló la total ignorancia en economía de Fujimori que, de un día a otro, varió en ciento ochenta grado su posición.
¿Dónde, pues, el mérito de un volteretazo tan visible?
Pasemos ahora a analizar la segunda y “poderosa” razón que se expresa tan solo con cuatro palabras “acabó con el terrorismo”.
Esta simple expresión ha sido repetida y repetida incansablemente centenares, quizá miles de voces, en diarios, en televisión, ha sido reforzada con dos fotos, simplemente dos fotos, que Ud. podrá apreciar en la sección Galería de este libro. En una se ve a Fujimori paseando, olímpicamente, casi pisándolos, frente a senderistas capturados que están echados en el suelo, desarmados naturalmente y en la otra foto se le ve con su reconocida mueca – sonrisa también paseando esta vez sobre los cadáveres de los vencidos en la Embajada de Japón.
A parte del efecto que la constante reproducción de esas dos fotos ha producido en la memoria de la gente, circularon y dichas por el mismo Fujimori expresiones como que Belaunde llamó “abigeos a los terroritas” que “a Belaunde le faltó carácter” para combatir al terrorismo, expresiones que contradecimos y que provocó que el mismo arquitecto Belaunde dijera “ese señor cree que la historia del Perú ha comenzado cuando él vino al mundo”.
Toda esa “mise en scene” para elevar a Fujimori como el salvador del país frente al terrorismo no reposa en nada verdadero y lo probaremos.
En primer lugar unas líneas sobre el terrorismo. No pretendemos hacer una historia del terrorismo mundial. Simplemente recordar que el mundo entero sufre en las últimas décadas de este flagelo.
El terrorismo lo sufre España, hace sesenta años con la ETA; Irlanda con el IRA por un tiempo mejor; lo sufrió Italia con las Brigadas Rojas, que secuestraron y asesinaron a Aldo Moro, Uruguay con los Tupamaros y hasta Alemania y Japón tuvieron organizaciones terroristas.
Todos esos terrorismos tuvieron una motivación, una raíz. Los irlandeses por la opresión de los ingleses en tiempos de Cronwell, los vascos por los abusos sufridos en época de Franco, cuyo mejor ejemplo fue el bombardeo de Guernica, que se inmortalizó con el célebre cuadro de Picasso. Muchos tuvieron razones religiosas y deseos de separatismo, motivos ideológicos y en sus inicios hasta simpatizantes tuvieron, pero al final fueron repudiados, reprobados por las mayorías nacionales.
Al lado de esos terrorismos el mundo ha presenciado con verdadero horror los terrorismos verdaderamente salvajes, feroces, sanguinarios como los Khmer Rouge de Camboya que asesinaron a tres millones de sus propios compatriotas o a los increíblemente ignorantes y salvajes Talibanes de Afgahistan que ya fueron vencidos y ahora han revivido, más estúpidos e intolerantes que antes y los terroristas suicidas de Irak y Pakistán que asesinan decenas y centenares de personas, y cuya motivación es liberar a sus países de la ocupación de tropas extranjeras.
Se remarcan esas características para diferenciarlos del terrorismo que sufrimos por 20 años con Sendero Luminoso. Los terrorismos mencionados tenían una motivación religiosa, separatista e ideológica. Estas motivaciones han podido ser equivocadas o no. Los terrorismos siempre son condenables pero el terrorismo de Sendero fue un terrorismo que, sin duda alguna, podemos llamar demencial, inspirado en los delirios de Guzmán.
Son pocas las obras de investigación sobre este tema siendo la mejor “Sendero, historia de la guerra milenaria en el Perú” de Gustavo Gorriti de donde extraemos datos importantes para apreciar la verdadera irracionalidad de la concepción de Sendero, condenar el salvajismo, la ferocidad, casi la insania del movimiento, que no trepidamos en calificar de demencial.
Lo primero que aprende el lector del libro de Gorriti es el total desconocimiento del segundo gobierno de Belaunde del gravísimo problema que sufriría en todo su mandato y que se agravaría en el calamitoso primer gobierno de Alan García y crecería mas en los primeros meses del gobierno de Fujimori.
Ese desconocimiento lo gráfica perfectamente Gorriti con una frase: “la guerra había comenzado y en uno de los bandos nadie lo sabía”.
Ese desconocimiento se hizo patente cuando José María de la Jara no encontró en su Ministerio, el del Interior, ni un solo documento, ninguna información sobre inteligencia.
Los militares que habían ocupado el poder durante doce años se llevaron los archivos. No dejaron nada.
He intentado una “reconstrucción” de información en la documentada obra de Gorriti y ahí se aprende que Sendero Luminoso se inició y desarrolló – sin actuar por supuesto – en los años del gobierno militar; que fue un trabajo paciente y ordenado el de lograr “bases” en gran parte del territorio nacional y que sus principales promotores fueron profesores de colegios.
La primera y más saltante impresión de rechazo a la proclama de Sendero es la de saber que la pretensión del jefe del movimiento, Abimael Guzmán, era considerarse “la cuarta espada” y el asombro es espectacular si nos enteramos que las tres primeros espadas han sido Marx, Lenin y Mao, vale decir las “estrellas” mundiales del marxismo. Si Abimael Guzmán se consideraba igual – a la par.- con tan eminentes personajes ya no hay asombro que él subordine a su movimiento el pensamiento ilustre de José Carlos Mariategui. Y si a eso se agrega que consideraban a Sendero el “movimiento de vanguardia del proletariado mundial” se entiende la opinión que nos transmite Gorrit de que nadie considero en serio a Sendero, en sus inicios.
Lo que a tantos les parece una verdadera chifladura, muchos lo tomaron en serio y hasta ofrecieron sus vidas y liquidaron las de sus semejantes por imponer el pensamiento Mao o el pensamiento Gonzalo. Bien hace Gorriti en recordarnos el caso ocurrido hace unos años en Guyana donde 900 adictos a la secta de un reverendo Jones desfilaron ante una paila de cianuro y se envenenaron conjuntamente por alguna estupidez que les inculcó el Jefe de la secta. Lo dice también el Eclesiastés “Infinito es el número de necios”. Infinitud stultorum numenis est”, en Latín.
Frente el desconcierto y la falta de información, en sus inicios, creció Sendero en los gobiernos de Belaúnde y de Alan García, incrementándose en los de de Fujimori.
La historia que han contado a muchos peruanos es que Alberto Fujimori ha sido el gobernante que liquidó el terrorismo y por ello le debemos tener un éter no agradecimiento. El repetir y machacar esta afirmación, en un país totalmente envilecido por la corrupción y con la prensa y demás medios de información prostituídos es un magnífico ejemplo de lo que un buen “lavado cerebral”, puede conseguir.
Eso no responde a la verdad y los hechos, que no se pueden revertir son los siguientes: El 5 de mayo de 1992, un mes después del autogolpe, Fujimori se dirigió en forma solemne al país y dijo, con soberbia, que el problema número uno del país era el del terrorismo, que los gobiernos anteriores habían fracasado y que se tomarían medidas drásticas en adelante. Se restablecería la pena de muerte aunque se opusieran los organismos internacionales; se juzgaría a los terroristas en tribunales militares, se crearon los “jueces sin rostro” donde en tres días podrían juzgar y sentenciar a terroristas y sospechosos de serlo en tribunales militares, se podrían en adelante juzgar y sentenciar a menores de edad y se inventó un latinazgo. Así como existe la institución “in dubbio pro reo” “en la duda se refavorece al reo”, se creo “un dubbio pro societaties” que vulgarmente quería decir que en la duda te metían preso por que más vale que estén veinte inocentes en la cárcel que un presunto terrorista suelto.
De cada uno de esos temas nos ocuparemos después.
Todos los conceptos jurídicos los pusieron al revés. Fujimori cometió el más grave error para combatir al terrorismo. Escogió combatir al terror con el mismo terror. Hay una máxima antigua de los terroristas que dice : “A más terror, mas represión; a más represión, más terror, a más terror más represión” y así, casi indefinidamente. Lo que buscan los terroristas es que el Estado pierda los papeles y reprima cada vez más abusivamente para que aumente la simpatía del pueblo por los terroristas.
Fujimori perdió los papeles y ahí están las cifras que no mienten. En abril de 1992 hubo 93 atentados, frente a los 108 que se produjeron en Enero del mismo año 179 en febrero y 123 en marzo. En mayo 149 atentados, 89 en junio, 291 en julio (mes record) y 108 en agosto Total 1,140 atentados. Lo cual indica que la política de terror fue contra producente.
Exacerbó a los terroristas, infundió mas sectarismo en ellos con las consecuencias del mas famoso de los atentados: el de Tarata. Hay que recordar que ese mismo día hubo atentados en Villa María del Triunfo (4 comisarías) en el Callao (una comisaría) en la Victoria (un grifo) y la radio Stereo en la Villa El Salvador. A los pocos días un coche bomba destruyó el local del Instituto Libertad y Democracia de Hernando de Soto y semanas antes se había atentado contra el Canal 2.
Todo eso indica sin duda alguna que Fujimori no le estaba ganando la guerra a Sendero.
Como lo dijo un día Fernando Rospligliosi los terroristas ya no atentaban en provincias. Ahora ponían bombas en San Borja y Miraflores.
Todo lo anteriormente expuesto sirve para dilucidar si es cierto o no que Fujimori acabó con el terrorismo y la respuesta es no, por dos razones: la primera y la más importante es que ni Alberto Fujimori ni Montesinos, ni Hermosa Ríos, ni el Ministerio del Interior de ese entonces tuvieron nada que ver con la captura de Abimael Guzman y la segunda razón en que no se acabó con el terrorismo. Simplemente se capturó al cabecilla de Sendero y como él era el gran “iluminado” con su captura se “apagó” el movimiento.
Para sostener la primera razón existe el conocimiento público y notorio de que la noche en que se capturó a Guzmán, Fujimori y su hijo Kenyi estaban pescando en Iquitos y Montesinos, Hermoza Ríos y otros personajes importantes del régimen estaban en sendos cócteles en Embajadas y la prueba en que cuando Montesinos se enteró de la captura de Guzmán, le reclamó al General Ketin Vidal que se lo entregara, a lo que el General Vidal se opuso.
¿Se imagina el lector las fotos fantásticas que se habrían tomado Fujimori o Montesinos con el prisionero Guzmán al costado?
Eso no se produjo y según se supo después Fujimori ordenó redactar la documentación necesaria para proceder al fusilamiento de Abimael Guzmán lo cual habría sido un error monumental.
A parte de la estupidez de la medida y el efecto de martirologio que habría creado entre los senderistas, nos habría privado de espectáculo patético, deprimente, ominoso, de ver al “pensamiento guía, presidente Gonzalo” feliz porque Montesinos le regaló cigarrillos Lucky Strike y le hizo escuchar la canción de Sinatra que le gustaba a Augusto de la Torre y le agradeció la torta que el día de su cumpleaños le regalaron a Elena Iparraguirre. Ahí todos han apreciado el infeliz ser que era el cruel asesino de decenas de miles de peruanos. Ese remedo de hombre era “el Presidente Gonzalo”.
La segunda razón es que la captura de Guzmán significó, de hecho, el fin de Sendero, pues si él era “la cuarta espada” y él representaba el pensamiento Gonzalo sin él, el movimiento no era nada pues aparte de él no había nadie en el movimiento. No había en Sendero otro demente de su dimensión.
En conclusión, Fujimori no acabó con el terrorismo. Fue el GEIN y un fino y paciente trabajo de inteligencia lo que permitió la captura de Abimael Guzman. Fujimori escogió el camino de combatir el terror con el terror y por eso está en prisión. Y aún admitiendo en hipótesis negada, que el acabó con el terrorismo, ese hecho haría acaso olvidar el envilecimiento, de la política, la corrupción y todas las atrocidades de su gobierno, de los que nos ocuparemos después.
Fujimori no acabó con el terrorismo. El terrorismo acabó con Fujimori pues al intentar combatirlo se portó igual que los terroristas. Escogió el terror y el crimen. Se puso al nivel moral de ellos y por eso está donde está.
De los únicos tres motivos que se alegan en defensa del gobierno de Fujimori hemos analizado los dos primeros, su derrota de la hiperinflación y el despegue económico y la derrota del terrorismo. Ese análisis, naturalmente, está sujeto a la consideración del lector.
Ahora toca examinar el tercer argumento que siempre lo expresan tan solo con dos palabras “su obra”.
Y cuando Ud. pregunta cuál es la obra, la mayoría le responderá simplemente “su obra, pues”. Y si Ud. insiste para que le señalen y le precisen cuál es esa obra, donde está, quizá más de uno le dirá “la obra en beneficio del pueblo”. Pero, la verdad no pueden precisarla, señalarla, porque ni el más preparado de los fujimoristas, que no son muchos, le podría señalar algo parecido a la Central Hidroeléctrica del Mantaro que produce un millón de kilowatios, obras como Chavimochic, Majes o Tinajones. Menos por supuesto le podrían mencionar obras de la colosal magnitud de la Marginal de la Selva que añadió 1’500,000 hectáreas a la agricultura nacional o la obra sin parangón que realizó en los más apartados rincones del país, ese movimiento que se llamó Cooperación Popular o la obra de vivienda que, en todo el país ejecutó Belaunde o menos aún, la Electrificación Rural del Valle de Mantaro obras todas de Belaúnde en su primer gobierno.
En la página de este libro encontrará al lector la carta que se le dirigió a Juan Carlos Tafur, al Director del diario Correo que negó absurdamente la obra de Belaúnde. Ahí, en tres páginas, se dio cuenta, brevemente, de esa obra, pero la encontrará detallada en los Rescates de la Memoria II y III.
Volviendo a la obra de Fujimori y dada la absoluta imprecisión de todos para identificarla, decidí buscarla en el sitio más indicado, el lugar donde forzosamente tendría que encontrarla: los Mensajes Presidenciales.
En la Constitución de la República existe un artículo muy preciso, que dice textualmente. Art. 118.- Corresponde al Presidente de la República.
7) “Dirigir mensajes al Congreso en cualquier época y obligatoriamente en forma personal y por escrito al instalarse la primera legislatura anual”.
“Los mensajes anuales contienen la exposición detallada de la situación de la República y las mejoras y reformas que el Presidente juzgue necesario y conveniente para su consideración en el Congreso. Los mensajes del Presidente de la República, salvo el primero de ellos, son aprobados por el Consejo de Ministros”.
Y como anécdota contaremos al lector la razón por la que en ese texto dice “y por escrito”. Esa expresión, que hemos entrecomillado fue el agregado que los constituyentes de 1979 le hicieron a un artículo que por décadas tuvo la misma redacción”.
Y el origen de ese agregado, iniciativa aprista por supuesto, se origina en el hecho de que Fernando Belaúnde al dar su Mensaje al Congreso en 1964 lo hizo de memoria, sin texto escrito y sin ningún a punte y fue un discurso memorable por el continente y el contenido, aparte de que estaba repleto de cifras y números y de fechas. Fue algo que sorprendió inclusivo a quienes conocían a Belaúnde. Si algún aprendiz de historiador duda de lo que cuento, lo remito a la revista CARETAS de ese fecha que dio cuenta del hecho y lo calificó de “portento de memoria”. Dejando la anécdota volvamos a los mensajes presidenciales de Fujimori, que nunca me tomé la molestia de buscarlos por que no me interesaban.
Pero, a propósito de lo que escribo tenía que leerlos para ver si se cumplía lo que decía el constitucionalista Enrique Bernales al comentar este artículo. “Es una dación de cuentas, en el mejor sentido del concepto”.
Obtuve la fotocopia de los diez mensajes de Fujimori desde 1990 hasta el 2000 y obtuve una gran decepción. Los diez años en que fui Senador recibí, al igual que todos los Congresistas y altos funcionarios de Estado, mensajes que eran de 700 a 800 páginas que contenían lo realizado en todos los Ministerios con profusión de gráficos, fotografías, estadísticas, etc.
Mi primer asombro al recibir los Mensajes de Fujimori – sobre todos los de su últimos cinco años – fue encontrar que eran textos que solo eran de ocho o diez páginas, con un léxico pobrísimo y sin ninguna información verdadera de su obra.
Un magnifico ejemplo de que no faltó a la verdad es transcribir unos párrafos de su Mensaje de 1999. Comienza diciendo: “No voy a abrumar, empero, a esta representación ni al pueblo peruano con cifras ni detalles sobre la obra cumplida, lo que sería un ejercicio conformista. Es decir no voy a insistir en el pasado que ustedes conocen suficientemente para eludir el presente y por lo tanto el futuro de mis compatriotas”.
“Por ello dedicaré este valioso tiempo para referirme a las proyecciones del Perú como consecuencia del proceso de reconstrucción, reforma y modernización que vive el país.
Aparte del hecho que el primer párrafo transcrito merece la calificación de galimatías o intríngulis, vale decir que no se entiende que transmite que quiere decir. Sin faltar en absoluto el respeto al señor Fujimori ese párrafo también pudo decirlo el famoso Cantinflas. Es lamentable que un documento de la majestad de un mensaje del Presidente de la República al Congreso en fecha especial tenga la redacción que tiene este.
Lo positivo es que se valió de dos párrafos para no informar nada de lo que había hecho el año anterior, que esa es la razón, el mandato del artículo 118 que incluso dice “exposición detallada “pero en otro párrafo pensamos encontrar el derrotero de lo que buscamos. Ese párrafo dice : “Y lo mismo puede decirse de muchas poblaciones urbano marginales que sin haber resuelto aún todos sus problemas, tienen hoy agua, desagüe y luz, un colegio y una posta médica decente, base para que continuemos avanzando hacia objetivos de mayor bienestar y condiciones, oportunidades para que los ciudadanos se conviertan en agentes efectivos del progreso nacional”.
Este último párrafo lo analizaremos junto con otros más que iremos recogiendo en otros mensajes para ver si, finalmente, encontramos cual fue “la obra” de Fujimori.
En este mismo Mensaje habla de un proyecto espectacular al que tituló Sierra Verde sobre reforestación que no solo nunca se hizo, ni siquiera se proyectó y que motivó una carta mía que verá Ud. en la página del capítulo “Archivo personal”, en el que denuncié este engaño.
Otro párrafo de este Mensaje que podría llamarse festivo si no estuviera consignado en un documento tan solemne como un Mensaje Presidencial es el que dice textualmente: “Un trascendental impulso para lograr el bienestar y la modernización sin afectar la unidad cultural de la Amazonía lo constituye una entidad sui generis en America Latina, una universidad que imparta educación superior en lenguas como el ashaninka, el shipibo y el aguaruna”
Ruego al lector que relea y relea el párrafo. Lo único sui generis es haber tenido como Presidente a quien propone algo que es un adefesio, se le mire por donde se le mire.
No recuerdo que ningún medio de expresión haya comentado tan estrambótico proyecto.
De haber prosperado este proyecto lo ideal habría sido que Fujimori hubiera tenido un abogado defensor shipibo.
No podemos dejar de comentar otro párrafo de este Mensaje que dice:
“Al Perú se le debe identificar como un país que respeta los derechos humanos de 40 mil huérfanos, de 40 mil viudas y de 100 mil discapacitados como consecuencia de la violencia terrorista. Y por ello el gobierno está defendiendo los derechos humanos de esos compatriotas”.
Tome nota el lector que este Mensaje es de 1999. Ya se habían producido no solo los crímenes de lesa humanidad de la Cantuta y Barrios Altos, por los que ha sido condenado. Ya se había despojado a los trabajadores de todo el Perú de sus contribuciones al FONAVI, ya se había despedido a decenas de miles de trabajadores públicos y privados, y se había esterilizado a más de 300 mil campesinas y 25 mil campesinos con la coacción o el engaño, ya estaban en las cárceles miles de inocentes víctimas de la brutalidad de las leyes anti terroristas; ya se había “disuelto” la legalidad al orden constitucional y el respeto a los derechos humanos.
El Mensaje Presidencial del año 2000 no contiene la precisión, el detalle de alguna obra de importancia, pero si hay un párrafo que rescataremos para que se aprecie la forma tan grosera como se mentía: “Es imperativo frenar la migración interna y el despoblamiento de la Sierra. Nuestros planes consideran ganar en la zona de puna dos millones de hectáreas con fines productivos, es decir tres veces más que el área agrícola actual de la costa. Actualmente en apenas seis meses, estábamos ya en 250,000 hectáreas”.
Todo lo dicho en ese párrafo fue un verdadero delirio de imaginación de quien le preparó discurso a Fujimori. No solo nunca ha existido un plan de esa naturaleza y mucho menos que se hubieran logrado 250 mil hectáreas de cultivo. Ni siquiera 2500. Así eran los mensajes de Fujimori que casi nadie – por no decir nadie, los criticaban o comentaban. Así se vivía en tiempos de sumisión. Y por eso y solo por eso todas las babosadas que hablaba Fujimori y nadie comentaba y menos criticaba.
Un párrafo de esta Mensaje, de diez páginas, en digno de comentario “por ello dos son los objetivos prioritaria de este quinquernio que se inicia: fortalecer la institucionalidad democrática y generar empleo y bienestar.
La institucionalidad democrática ya estaba hecha añicos como se comprobó totalmente tres meses después de este Mensaje con la difusión de los Vladivideos, la fuga de Fujimori y su renuncia por fax Nunca la política peruana estuvo tan envilecida como en época de Fujimori. No hubo un solo párrafo de su “obra”.
El Mensaje Presidencial de 1997 tampoco contiene mención alguna de obra realizaba pero si hay un párrafo en el que es preciso detenerse, dice así: “estamos planificando la creación de un sistema para la construcción masiva de viviendas para la clase media. Este sistema tendrá un mecanismo que se inicia con un aporte razonable del ciudadano, al que se sumará un aporte de parte del Estado. Este apoyo estatal directo que se otorga por una sola vez al beneficiario tendrá cinco años de gracia, largo plazo para su pago y estará exclusivamente dirigido a la adquisición de una vivienda que no supere 20,000 dólares y que se realizará a través del FONAVI”
“Mediante este nuevo sistema se espera construir en los próximos tres años un mínimo de 50,000 viviendas reactivándose aún más las tasas de empleo del sector constructivo”.
Este fue otro grosero engaño al país. No se construyeron ni 50,000 ni 5,000 ni 50. ¿Alguien conoce de viviendas construidas por Fujimori en sus diez años de gobierno?
En este Mensaje de 10 páginas tampoco hay mención a ninguna obra realizada.
Es en el Mensaje Presidencial de Julio de 1995 cuando Fujimori asume por segunda vez a Presidencia de la Republica, en el que se encuentran varios párrafos que dan muchas luces sobre lo que los fujimoristas llaman “la obra” de Fujimori Dice: “Por primera vez existe una Gerencia del Estado directa, eficaz y permanente que incluso compromete la presencia física del gobernante. Se concentran ahora los limitados recursos existentes del Estado en la inversión productiva de los mas pobres, lo que se ha venido haciendo y se seguirá haciendo, día a día, durante los próximos cinco años, en procurar llevar a los pueblos los instrumentos de su propia liberación. Esta práctica sustenta las bases de una verdadera democracia económica de ciudadanos libres y productores independientes”.
Y para que no quede duda de lo que se está haciendo “llegar al pueblo directamente”, el mismo Fujimori, en ese Mensaje, dejo – para la posteridad – el modus operandi que empleó, para conocimiento de los nueve presidentes americanos invitados a la ceremonia que escucharon estupefactos otro párrafo del mensaje: “Ser Presidente de esta gente heroica no es fácil si uno piensa que hay que gobernar con el ejemplo. Por esta razón antes que en mi despacho versallesco de Palacio de Gobierno trabajo en el arenal de los asentamientos humanos o en una aldea selvática. O en el villorrio andino. Y allí cada vez que voy de visita la propia población que quiere un Presidente como ellos me pone chullo y un poncho.
“A algunos les parece huachafo un chino con poncho, pero ese es mi estilo”.
Los dos últimos párrafos que hemos transcrito son, por expresión del mismo Fujimori, el fiel reflejo de la mentalidad populista de su régimen. Fue aumentado diez o mil veces, el mismo populismo que encarnó la Sra. Maria Delgado de Odria, la señora a la que adoraban los pobres que recibían sus regalos, sus bolsas de arroz, sus sacos de menestras, sus juguetes en la Navidad. Era “tan buena” la Sra. De Odría, la querían tanto los pobres, que los mimos apristas convinieron con sus socios del odríismo en postularla como candidata a la Alcaldía de Lima representando a la Coalición en proceso que ganara el Dr. Luis Bedoya Reyes.
Ese populismo que caracterizó al fujimorismo se acrecentó después del golpe de Abril de 1992.
Ahí Fujimori o sus asesores advierten que el respaldo al golpe se había producido en los sectores más pobres. Y ahí comenzó esa caravana que vimos por años: Fujimori con su chullo y sus multicolores ponchos bailando con los más humildes. Era la imagen del dictador “confundido con el pueblo”. Y esa imagen tan ridícula alcanzó el colmo en la misma Lima, en las elecciones del 2000; un estrado donde Fujimori bailaba al son de una música que solo repetía “chino, chino, chino” y mientras más bailaba el dictador y hacia bailar a participantes tan serios como el Dr. Tudela, más se entusiasmaban los participantes en esos mitines, donde nunca hubo un discurso, un mensaje. Solo se escuchaba “chino, chino, chino”.
Si muchos no lo recuerdan se lo rememoramos ahora como fiel expresión de imbecilidad política. Sería muy saludable para una buena educación cívica que se retrasmitieran tan estupidos espectáculos.
En este asunto del populismo de Fujimori el mejor comentario lo he encontrado en un periodista con el que, generalmente, no comulgo con sus apreciaciones Don Raúl Wienner. En este caso de la obra de Fujimori lo transcribimos textualmente:
“El Fujimorismo ha sido una maquinaria de fabricación de pobres. Empezando con la experiencia del shock de 1990, los despidos en la administración públicas y en las empresas del Estado, la recesión y la flexibilidad laboral en el sector privado la política anti-agraria, etc.
“Pero también se convirtió, poco a poco, en un sistema de atención a estos mismos pobres, víctimas de su propia política. Era un benefactor de aquellos a los que arrastró a la ruina” y prosigue mas adelante el mismo Winner, diciendo “qué imagen tan clara del uso del “merito de la benevolencia, que las imágenes del Presidente Fujimori inaugurando colegios, canales de regadio, postas, etc a lo largo y ancho del país. Ahora bien, si éste es el principal camino de legitimación social del régimen, resulta difícil suponer que tales acciones apunten a erradicar lo que las motiva, la pobreza.
Y es el mismo Wienner quien, acuciosamente, nos informa que el organismo encargado de esta gigantesca ayuda a nivel nacional, era el FONCODES (Fondo de Compensación y Desarrollo Social) creado por el Ministerio de Boloña en 1991 y que el año de su fundación gastó 11 millones de dólares, en 1992, 85 millones de dólares en 1993 154 y en 1994 403 millones.
El FONCODES se trasladó al Ministerio de la Presidencia, que era el Super – Ministerio del fujimorato, al cual se agregaron después al Ministerio de la Mujer y el PRONAA dedicado al reparto de alimentos.
A todo este programa se la llamó de asistencia social. Esto era tan inmenso que el 25% de los ingresos del 67% de las familias rurales y el 40% de las urbanas pasaron a depender de la “ayuda social”.
En el fujimorismo andaban de la mano la mendicidad con la mendacidad así como en el aprismo están hermanadas la mediocridad, la corrupción y la impunidad.
Y una referencia directa a esta clase de obras de Fujimori la encontramos en el libro de un ardiente defensor de Fujimori quien se limita a decir.
“Mientras Fujimori hacia pequeñas obras, pero resolvía graves problemas”
Para terminar con este tema de “la obra de Fujimori” que me ha resultado mas extenso de lo propuesto les narraré una experiencia personal, que calza con lo que hemos informado.
Al iniciar mi mandato como Senador por Lima, en 1963, encontré que existía en el Presupuesto de la República una partida que se llamaba “Iniciativas Parlamentarias” que concedía a los Senadores, solo a los Senadores, que en ese momento éramos 45, el derecho a disponer de sumas que variaban según cada Departamento y el derecho a otorgarlas en cantidades no menores de 10,000 soles a instituciones, comités del departamento etc, para diferentes obras.
No recuerdo con exactitud la cantidad que como Senador por Lima me correspondía. Creo que era de un millon o un millón doscientos mil soles.
Como entenderá el lector había mucha gente que hacia cola para ver si el Senador Cabieses le otorgaba 10, 20 o 30 mil soles de esa partida para obras de su localidad.
Entendí, de imediato, que eso era un verdadero despilfarro, que ese dinero no tendría un buen uso o mejor destino y consulte el caso con el Dr. Octavio Mongrut, Gerente del Seguro Social para buscar una mejor inversión de ese dinero. Y muy pronto se averiguó que en la provincia de Lima, que era provincia de Canta, no existía posta médica y que cualquier emergencia médica del lugar solo se podría resolver trasladando a los pacientes en automóvil en un trayecto de dos horas y media en una carretera que no era muy buena.
Se resolvió que el mejor destino de lo que me correspondía por esas iniciativas parlamentaria que yo no había pedido, pero que estaban a mi disposición, se invirtieran totalmente en la construcción de la posta y así se hizo.
Dos años después con mi esposa y mi pequeña hija Carla inauguramos una posta con doce camas y sala de operaciones. Recuerdo que ese día había una placa con el nombre de mi esposa equivocado en vez de decir Renata Bertoni decía Renata Bertorini.
Eso ya no interesa pues la placa desapareció cuando deje de ser Senador. Lo que interesa es que la posta sirve a Canta desde hace 44 años, aún que los habitantes de Canta ignoren como se creó.
Otro ejemplo que se me viene a la mente es recordar las miles de obras que se hicieron en los dos gobiernos de Acción Popular, a través de Cooperación Popular en todo el territorio nacional y en las que al final se ponía una modesta inscripción, no placa, que decía: “El pueblo lo hizo”.
En la erección de esas obras no hubo televisión, geishas ni nadie se puso chullo y ponchos. Pero pueblos enteros se movilizaban para ejecutar obras en su beneficio. Al final que la conclusión es “la obra” de Fujimori han sido sus continuas visitas llevando regalos y la conclusión más amarga es apreciar que no hay verdadero, auténtico sentido de autoestima de tantos humildes que aún esperan la dádiva del poderoso. Y muchas veces tan ridícula como un polo, una gorra, o un almanaque con la foto de Kenyi.
Hemos visto en líneas anteriores porqué es tan discutible el inmerecido “prestigio” de Fujimori que sus seguidores basan en tres hechos de su gobierno la derrota de la hiperinflación y el despegue económico del país, su victoria sobre el terrorismo y su obra.
Creemos, modestamente, haber dado argumentos más que suficientes para demostrar que toda esa enorme creencia se basó en una multimillonaria campaña de diez años en la mayoría de los medios de comunicación, escritos y televisivos.
Ahora trataremos de dos temas que tienen la característica común de ser indiscutibles, temas que no pueden ser negados. El primero será el de la corrupción y el segundo el de la verdadera obra de Fujimori, de la que nadie habla menos los fujimoristas. Traeremos al recuerdo del lector y en muchos casos –en los más jóvenes- a su conocimiento, hechos que quizá sea la primera vez que los conozcan.
La corrupción en el gobierno de Fujimori es un tema que nadie, absolutamente nadie puede negar.
Ahí están en las cárceles desde Fujimori, Montesinos y el general Hermoza, los más altos mandos militares con cuentas en Suiza de 21,18 y 15 millones de dólares y todos aquellos que mencionaremos al tratar de la corrupción como son un Presidente del Jurado Nacional de Elecciones, una Fiscal de la Nación, Vocales del Tribunal Constitucional y de la Corte Suprema, ex Ministros y ex Presidentes del Congreso, grandes empresarios, periodistas venales y otros menos importantes que se posternaron ante el becerro de oro.
Y si a alguien alguna duda le queda ahí está el informe de la Sub-Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que ubicó a Alberto Fujimori entre los diez dirigentes políticos más corruptos del mundo. Fujimori comparte “los honores” con cuestionables mandatarios como el nicaragüense Arnoldo Aleman (1997-2002) el filipino Joseph Estrada (1998-2001) el serbio Slodovan Milosevic (1989-2000) y el ucraniano Pavulo Lazarenco (1996-1997).
Completan la lista otros cinco jefes de Estado ya desaparecidos y de funesto recuerdo: Ferdinand Marcos (1965-1986) Mohamed Zuharto (Indonesia – 1967-1980) Jean Claude Duvalier (Haiti 1981-1996) y Saani Abacha (Nigeria 1993-1998).
Cuando se publicó este informe, en 2004, Fujimori estaba prófugo en Japón, Alemán purgaba una condena de 20 años en Managua, Milosevic era juzgado en un Tribunal Internacional (falleció hace dos años), Estrada estaba bajo arresto domiciliario y lazarenco estaba como refugiado político en EE.UU.
Luego de este indiscutible “certificado” de las Naciones Unidas y los procesos que hemos visto en el país nadie, absolutamente nadie, puede negar lo corrupto que fue Fujimori aunque la señora keiko siga diciendo “mi papá no sabía nada”.
Siendo casi innecesario insistir en la corrupción de Fujimori, solo para recuerdo del lector diremos algo.
Cuando ese gran analista político que es Francisco Durand escribe sobre la corrupción en los gobiernos de Alan García y Fujimori nos ilustra sobre la verdadera precocidad de Alan García que aún antes de asumir el mando ya había preparado el “affaire” de los Mirage 2000 como a el le gustaría llamar.
La operación de cancelar la compra de 14 Mirage 2000, adquiridos en el año anterior por Belaunde lo anunció García el 28 de julio de 1985 cuando asumió el mando y sin siquiera haberlo consultado con la Fuerza Aérea. Los detalles los hemos dado al hablar de Alan García.
Nos recuerda Durand que la corrupción en época de Fujimori fue no solo más sofisticada sino que alcanzó montos muy elevados. En opinión del autor fueron tan elevados que constituyeron un verdadero saqueo nacional. Cubrieron casi todos los estamentos públicos. Muy pocas instituciones se libraron de la rapiña.
Una distinción importante de Durand es que en época de Fujimori existieron tres mafias: la blanca, la verde y la amarilla.
Esta “colocación” de las mafias era por el lugar en que actuaban.
Nos recuerda Durand que en el MEF el viraje hacia la corrupción cuando ingresó como Ministro de Economía el empresario constructor Jorge J. Camet en Enero de 1993. A partir de ese momento es en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) comienza a operar la mafia blanca o de clase alta compuesta por técnicos y empresarios, mayormente de origen europeo que concentraron una serie de funciones claves como son el gasto para obras públicas –principalmente carreteras –la coordinación y captación de una serie de superintendencias –SUNAT y Aduanas y comités de privatización, las negociaciones de inversión de las empresas multinacionales y de los grupos de poder económico nacionales y extranjeros CONITE.
Asi mismo, controló los fondos de la privatización, fondos que se incrementaron al irse vendiendo los activos del Estado más valiosos.
Nos recuerda Durand que en la etapa Camet se evidenció la existencia de dos puertas revolventes con un grupo selecto de grandes empresas y técnicos neomercantilistas con los cuales se estableció una red social. Se formaron con el apoyo del Ministro en torno al Banco de Crédito del Perú (BCP) y el Instituto Peruano de Economía (IPE).
En la primera puerta revolvente se encontraban funcionarios del BCP que pasaron a ser asesores o funcionarios de alto nivel del MEF durante todo el decenio y que, en algunos casos, volvían al BCP, por ejemplo D. Saettone. En la segunda los movimientos fueron más complicados y conviene enumerarlos primero técnicos del IPE pasaron al MEF y SUNAT (caso de Abusada y Baca) segundo, funcionarios del MEF pasaron al IPE (caso de José Valderrama, Fritz Dubois, Leoni Roca, tercero en el Directorio de IPE participó un empresario y ex Ministro, Alfonso Bustamante, de Telefónica la empresa más grande del país. Cuando Camet dejó el MEF entró al IPE y al mismo tiempo ingresó al directorio del BCP. Cuarto, Francisco Moreyra Paz Soldán, otro miembro del IPE quien fuera asesor de las empresas de Camet asesoró paralelamente al MEF y al organismo privado encargado de comprar los papeles de la deuda externa, el Perú Privatización Fund (PPF) de la que el autor se ha ocupado al hablar de la privatización.
Confiesa el autor que sólo al leer el minucioso estudio de Durand, uno de los más serios analistas peruanos, recién se ha enterado de tan enrevesada maraña, de lo que ha sucedido en las alturas del poder y que comprendió, inclusive, exoneraciones tributarias por 2.364 millones de soles que benefició sobretodo a grandes empresas mineras y de hidrocarburos 185 millones y 171 millones respectivamente y al sector constructor por 110 millones de soles.
También en el aspecto tributario se dieron otras rentas como las que permitieron la doble depreciación de activos en casos de fusión o escisión, lo que dio lugar a fusiones aparentes con empresas de papel, escisiones no justificadas empresarialmente y compra de empresas quebradas. En el período de Camet ocurrieron 972 fusiones o escisiones y se generó una considerable perdida tributaria al Estado en materia de impuesto a la renta. En dos casos concretos los de las empresas eléctricas Edelnor y Luz del Sur se ató la exoneración a los convenios de Estabilidad Tributaria y prácticamente no pagaron el impuesto a la renta desde su fundación en 1994 hasta el año 2003.
También nos informa Durand, en tan documentado estudio, que con Fujimori se firmaron más de 600 contratos de estabilidad tributaria con un alto grado de discrecionalidad y en secreto en tanto la norma no fue publicada ni entregada por los organismos firmantes al resto del Estado –el CONITE, vinculado al MEF y el Ministerio de Energía y Minas vinculado al MEF y el Ministerio de Energía y Minas – incluida la SUNAT. Los contratos, a diferencia de Chile se otorgaron gratuitamente en lugar de cobrarse una sobretasa. En otros el contrato con una empresa se renegoció varias veces, siempre a favor del sector privado. La mayoría de las empresas la obtuvo por más de 10 años y excepcionalmente podían llegar a los 30 años. Los contratos crearon tal situación de privilegio tributario para las más grandes empresas nacionales y extranjeras que fue incluso cuestionada por el Fondo Monetario Internacional.
Casos notorios como las privatizaciones de Aero Perú y Shogung (antes Marcona) los hemos tratado al hablar de privatizaciones donde también mencionamos los escandalosos casos de salvataje bancario de los bancos Wiesse y Latino.
El caso de corrupciones de la compra de los canales de televisión y de los periodistas venales ni los mencionamos por ser los más conocidos.
En lo que encontramos plena coincidencia con Durand es en su apreciación de que esta mafia blanca, por ser de gente que en inglés los llaman “white collar” o crímees de “cuello y corbata” y en italiano se llama “altolocata” vale decir los poderosos, es la que menos ha sido investigados, aquella de la que la prensa prefiere no ocuparse y por supuesto en los pocos casos en que ha sido sentenciada por tribunales de justicia y por asuntos graves tales como dolares MUC en tiempos del APRA: de los decretos secretos de Fujimori en los que se ha dispuesto alegremente de mil quinientos millones de dólares las sentencias más graves han sido de cuatro años de prisión, suspendida. Vale decir que mi detención domiciliaria han tenido y tenga en cuenta el lector que esos mil quinientos millones de dólares provenían de las privatizaciones.
La mafia verde llama Durand a la que se enriqueció en compras de armamentos y sobretodo el manejo y la destrucción de la Caja de Pensiones Policial y Militar (CPPM) que la manejaban Alberto Venero, Luis Duthurburu y el General Juan Valencia que era el tesorero de Montesinos y que luego se suicidara. Ellos manejaron todos los programas de construcciones que han llevado a la quiebra a la Caja y casi a la perdida de las pensiones de miles de policías y militares. Uno de los beneficiados de los prestamos de la CPMM fue Juan Carlos Hurtado Millar que recibió un préstamo de 16 millones de dólares que nunca pagó.
Los organos de prensa nunca se ocuparon de las empresas privadas vinculadas con esta mafia. Es casi una norma: no molestar a los poderosos.
La mafia amarilla es la más repulsiva de las tres mafias. Operaba en torno del mismo presidente de la República y estaba formada mayormente por descendientes de chinos y japoneses, más familiares y amigos. Esta mafia estaba centrada en Palacio y el Ministerio de la Presidencia, organismo que arrebató a los ministerios de linea el gasto corriente y lo concentró en una serie de fondos e instituciones que invirtieron en función de la estrategia electoral y de control político de la sociedad civil.
Dice Durand que se comentaba en la Presidencia que se conocía que existían cajas negras y cita el caso de una declaración de la señora Susana Higushi al diario la República el 11 de setiembre del 2003 en la que relata que encontró en una caja fuerte de palacio 110,000 dolares cuyo origen le era desconocido. Aquí le doy un aporte a ese anotación de Durand. La mejor e indiscutible prueba de que en palacio de gobierno existía caja negra se comprobó en el caso de los 15 millones de dolares que a través de un Decreto Secreto se entregó a Montesinos que los reclamaba como CTS (compensación de tiempo de servicios) a razón de millón y medio por año. Resultó que Montesinos se los llevó y cuando Fujiori se vió obligado a devolverlos lo hizo, alegando que los había encontrado en unas valijas en el allanamiento a la casa de Montesinos, hecho por el que recibió sentencia. Pues bien, esa afirmación fue falsa como lo demostró el tesorero del MEF que declaró que los 15 millones que se llevó Montesinos estaban en billetes de 20,50 y 500 dolares y los que “devolvió” Fujimori eran todos de 100 dolares. Era más claro que el agua. Fujimori tenía en Palacio así nomas, a la mano, 15 millones de dólares, así como cualquier lector pueda tener en su casa trescientos o cuatrocientos soles. Era una gran caja negra. Es muy fácil suponer que si tenía 15 millones en Palacio puede uno imaginarse cuanto podría tener fuera de Palacio.
Ese hecho nos trae al recuerdo la expresión de Montesinos cuando conoció a Fujimori, tal como la transmitió Francisco Loayza “A Fujimori le gustan los billetes como caramelo”.
En esa reunión donde Fujimori devolvió esos 15 millones quien acompañó a sacar y cargar las valijas fue Victor Aritomi, personaje principal de la mafia amarilla y quien habría sido buen protagonista de algún cuento de “La historia Universal de la infamia” de Jorge Luis Borges.
Para comenzar Aritomi que era cuñado de Fujimori por estar casado con su hermana Rosa, era japonés y empleado de la Embajada del Japón cuando Fujimori fue elegido Presidente lo que no fue inconveniente alguno para que fuera nombrado Embajador del Perú en Japón. La solución fue de lo más sencilla: el señor Aritomi se nacionalizó peruano e inmediatamente, ipso facto como dicen, lo nombraron Embajador del Perú en Japón.
Sería muy interesante revisar ese expedientillo de nacionalización en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Seguro lo tramitaron en cinco o seis días y presumo que Montesinos lo manejó. Total ya había demostrado pericia para hacer desaparecer expedientes. Nacionalizar a Aritomi alegando seguramente su matrimonio con Rosa Fujimori debe haber sido un juego de niños.
Lo censurable y lo verdaderamente repulsivo es que después de diez años de gozar el privilegio de haber sido Embajador y haber delinquido, cuando fue citado por la justicia peruana readquirió de inmediato su primitiva nacionalidad japonesa y se marchó a Japón donde reside con su esposa Rosa Fujimori en calidad de intocable por ser japonés.
Esta ha sido una de las burlas mas asquerosas que hemos tenido que sufrir. La nacionalidad peruana adquirida para delinquir y repudiada después para evadir a la justicia.
Aritomi formaba parte de un grupo de japoneses o nikeis que eran íntimos amigos y parientes de Fujimori. Otros eran Augusto Miyaguzuku Miyagui, Miguel Shimabakuro, y Susumo Miyashiro Miyagusuku. Estos tres eran amigos de infancia de Fujimori y los tres hacían lo que querían en el directorio de la compañía de Seguros Popular y Porvernir.
El primer acto delincuencial de la mafia amarilla fue apropiarse de las donaciones japonesas a través de dos ONG AKEN y APENKAI. Esas donaciones eran al país pero Fujimori las manejaba como dinero suyo. Aken recibió donaciones por 6 millones de dolares y Apenkai por 20 millones de dólares pero se dedicaron a comprar bonos bancarios 6 millones y medio de dólares al Latino y al Wiesse e hicieron transferencias al exterior por tres millones de dólares depositados en el Wiesse Bank Internacional de Nueva York. Según la Comisión Herrera del Congreso, formada el año 2002 esas ONG realizaron operaciones de diversos tipo sin contar con documentación y llevar registros y se llegó al extremo de haber sustraído información y documentación antes de la fuga al Japón del presidente Fujimori. La hipótesis es que esas ONG fueron utilizadas para sacar dinero del país y que el principal conducto fue Víctor Aritomi.
Fruto de la investigación del Congreso de la República fue encontrar en un banco de Brasil una cuenta corriente de Yagoi Aritomi, hija del Embajador y de Rosa hermana de Fujimori ascendente a más de dos millones de dolares. La joven Yagoi residía en Japón pero su cuenta la tenía en Brasil y ahí realizaba movimientos bancarios periódicos de USA 50,000.
Los Aritomi, Miyaguzuku, Shihamukuru y Miyashiro viven felices y contentos protegidos del Japón.
De este grupo japonés, prácticamente una verdadera banda, el más avezado y quizá el mas prepotente fue Augusto Miyagusuku Miyagui a quien Fujimori prácticamente le entregó la conducción de la Compañía de Seguros Popular y Porvenir. Para tener mas margen de maniobra Miyaguskuku integró al directorio de la empresa a dos “paisanos” mas, Miguel Shibamukuru Miyagui y Susumo Miyashiro Miyagusuku, todos del circulo íntimo de Fujimori.
Miyagusuku fue denunciado desde 1996 por distintos organos de prensa, diario La República, Caretas, unidad de investigaciones de CPN radio sobre oscuros procedimientos y abusos en la presidencia de Seguros Popular y Porvenir desde un engaño a inversionistas americanos que denunciaron haber formalizado un compromiso de alquiler locales de la aseguradora para instalar casinos y luego se entregaron a una empresa manejada por testaferros de Miyagusuku, hasta su actuación como tesorero de AKEN la ONG que manejaba las donaciones de Japón y sobretodo del escándalo que ocasionó un ultraje a un broker de las empresas que era un militar retirado a quien acusaron falsamente de haber retenido una suma que nunca le habían entregado. En este caso Miyagusuku reveló que tenía un poder extraordinario por que logró que al militar retirado lo juzgara un Tribunal Militar lo que era un verdadero absurdo jurídico, pues desde la época de Castilla los militares retirados ya no eran sancionados por ese fuero. Miyagasuku lo logró y este asunto tuvo que ser resuelto por la Corte Interamericana de Justicia que restableció el legítimo derecho del broker, después que este estuviera dos años y nueve meses detenido en un cuartel. Estos eran los abusos del régimen de Fujimori. Fue Alberto Borea Odria quien hizo respetar los derechos del broker, víctima de esta mafia.
Desde 1996 ya se había denunciado que Miyagusuku había adquirido dos lotes de la irrigación de Chavimochic por los que había pagado 1’200,000 dolares a la COPRI de Agricultura que presidía Arturo Woodman.
Recién a la caída de Fujimori Montesinos declaró a un juez que el había entregado 1’200,000 a Miyagusuku para que adquiera dos lotes en Chavimochic y que el dinero se lo entregó en efectivo. Naturalmente por orden de Fujimori.
A la caída de Fujimori Miyagusuku desapareció. Se supone que vivirá en Japón al igual que Aritomi y otros “paisanos que tienen deudas con la justicia peruana”.
El final de los dos lotes que compró Miyagusuku, posiblemente para Fujimori, fue que los compró un particular por 250,000 dólares. Dinero que, por supuesto, se llevaron.
Luego de la síntesis que hemos hecho de la más grande corrupción de gobierno en la historia de la República, debemos de ocuparnos de las verdaderas “obras” de Fujimori, las que no se pueden negar de las que, por supuesto, no hablan los fujimoristas y que, extrañamente, ni siquiera mencionan los mismos rivales de Keiko Fujimori en este proceso electoral. La razón es muy simple: nadie toca mucho a Keiko porque todos quieren competir con ella en la segunda vuelta, porque Keiko en segunda vuelta pierde irremediablemente con cualquier candidato.
Un triunfo electoral final de Keiko Fujimori sería algo inconcebible porque a la vergüenza nacional de saber que fuimos tan asquerosamente gobernados estamos agregando hoy el agravio de la osadía y desvergüenza de quienes reclaman el voto popular con el super ridículo argumento de la hija del reo condenado por asesino y ladrón: “mi papá no sabía nada”.
Esas obras, son:
a) El robo del siglo, el robo de los aportes de los trabajadores al Fonavi, b) las esterilizaciones forzadas, c) la legislación antiterrorista, d) los decretos secretos y e) las privatizaciones.
De todos ellos nos ocuparemos y siempre con la debida documentación.
Si después de estos relatos algún fujimorista bien intencionado no cambia de opinión simplemente y con toda cordialidad le diremos: “Lo siento, usted no tiene remedio. Razona peor que un aprista”.
Carlos Cabieses. Senador (1963-1968 y 1980 -1985). Ex vocal del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Estado del 2001-2004 y del 2006-2009. Ha escrito los siguientes libros: Rescate de la memoria I (1956), Rescate de la memoria II (Primer Gobierno de Belaúnde) y Rescate de la memoria III (Segundo Gobierno de Belaúnde). Este libro en formato blog se titula "Sacando al fresco".