#ElPerúQueQueremos

Velascato

Publicado: 2011-03-17

Mas de un periodista, analista político o noveles historiadores, cuyos juicios analizaremos en otro capitulo, conceden tan inmerecida importancia al gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado que solo consiguen alimentar el imaginario popular al magnificar los dos hechos fundamentales por los que el pueblo se identificó, en su momento, con esa revolución.

El primer hecho fue el de haber dado “solución definitiva” al problema de la Internacional Petroleum Company y el segundo fue el tan revolucionario rio hecho de haber realizado la Reforma Agraria.

Se he puesto mucho énfasis en estos dos hechos y se han ignorado otros tantos y tan nefastos que luego se los recordaremos.

En primer lugar esos dos hechos tan magnificados han sido, ambos, verdaderas falacias o engaños.

El “arreglo definitivo” del Gobierno Militar con la IPC es lo que en el idioma ingles se llama un “bluff".

La llamada “toma de Talara” por la Fuerza Armada fue un acto teatral solo para impresionar, por su aparatosidad, pues cuando el Presidente Belaunde firmó el Acta de Talara-que fue aplaudida, festejada por partidos políticos, prensa, opinión publica-se había terminado definitivamente el problema casi centenario con la IPC pues esta empresa “hizo entrega del suelo, subsuelo, yacimientos y todo lo existente en las instalaciones “ El país había recuperado lo que siempre se negó por la empresa Si ya el país había recuperado lo que por tantos años se reclamó la escenificación del Gobierno Militar solo merece el juicio que Enrique Chirinos Soto le dedico en su “Historia de la República”.

“El 9 de octubre se dispone la toma de Talara. Esta provincia era y es peruana. Tiene y tenia guarnición militar, base aérea, subprefecto y gobernador, alcalde elegido por el pueblo jueces, policía, etc. La IPC no gozaba de extraterritorialidad. Es operación inédita en la historia militar aquella en la cual un ejército toma u ocupa su propio territorio. El dia 9 de octubre se le declara empero “día de la dignidad” una celebración que se mantiene hasta 1979 y que es, naturalmente, abolida por el régimen constitucional”(*).

Cuando el Presidente Belaunde firmó el Acta de Talara se señaló que la Empresa Petrolera Fiscal era la empresa estatal que asumiría el manejo de los yacimientos que la IPC entregaba al país y lo único que quedó pendiente fue el contrato entre la IPC y la Empresa Petrolera Fiscal para la compra-venta de crudos.

Y en cuanto a la falta de pago al Perú de los adeudos de la IPC que la Junta Militar de Gobierno achacó a Belaunde no haber obtenido y que estimaron en seiscientos noventa millones de dólares, la farsa terminó el 9 de agosto de 1973 cuando los mismos militares pagaron 76 millones de dólares al gobierno de EEUU por concepto de indemnización de bienes americanos expropiados y de los cuales se entregò a la Esso Standard, propietarea de la IPC la suma de 23.157.000 dólares al firmarse el famoso acuerdo Green de la Flor. Fotocopia de ese cheque está en la pagina 62 del Rescate de l Memoria II.

La toma de Talara es uno de tantos actos truculentos, espectaculares que capturan la imaginación popular. Mas de uno dijo: “así se hace” “eso debió haber hecho Belaunde” u otro dijo “le faltaron pantalones”. Desgraciadamente, para muchos solo queda ese recuerdo. Muy pocos son los que analizan y llegan al resultado final de esos actos. A veces ni los llamados historiadores. Sobre los adeudos de la IPC al Perú se habló por años y años y nunca nadie mencionó una cifra, ni siquiera un aproximado del monto.

Y esa fue la razón principal para que ese tema no se consignara en el Acta de Talara por que fijar ese monto era cuestión que debía definirse en los tribunales y eso, naturalmente, iba a consumir años. Los militares establecieron, sin ningún estudio, seiscientos noventa millones y al final pagaron veintitrés a la IPC, cuando Belaunde había obtenido la devolución de los yacimientos, sin pagar un solo centavo.

El segundo asunto digno de consideración según los panegiristas del velascato en el haber realizado la Reforma Agraria.

No se puede-de ninguna manera-negar el tremendo impacto social de esta reforma. Inicialmente fue un verdadero remezón, casi un terremoto político de grado 9. Y era natural pues, en primer lugar era tradicional que los dictadores fueran siempre de derecha, y con esto hicieron realidad, lo que muchos repiten: “le quebraron el espinazo a la oligarquía” Fundamentalmente en la sierra del Perú donde los dueños de las haciendas trataban como verdaderos siervos a los campesinos. Y no se produjo, por cierto, una igualación social pero fue, indudablemente, un acto de dignificación del campesino. En la Costa el impacto no fue tan importante desde el punto de vista social porque los trabajadores en los fundos azucareros, sobre todo, tenían un mejor régimen de vida. El impacto fue brutal en la economía para los propietarios de fundos y haciendas-que no eran propiamente oligarcas ni barones del azúcar o el algodón, sino medianos propietarios-porque esa reforma fue una simple y vulgar confiscación. Nadie recibió nada por los que expropiaron.

Al caso de la Reforma Agraria de Velasco se le puede aplicar la conocida expresión “El infierno esta empedrado con buenas intenciones”. Los mismos velasquistas han terminado por reconocer que esa reforma terminó en un estruendoso fracaso tanto económico como en lo que refiere a producción y productividad.

Y fracasó por la sencilla razón que se limitaron a entregar la tierra a los campesinos, pero no se les dio asistencia técnica ni créditos. Se limitaron prácticamente a eso: a despojar a los afectados. Y lo peor es que la tierra no la recibió el campesino individualmente. Ningún campesino recibió personalmente algo. Los bienes expropiados las administraban las CAP (Cooperativa Agraria de Productos) en la costa y las SAIS /Sociedad Agrícolas de Interés Social) en la Sierra.- En consecuencia todos eran propietarios de todo, ninguno era propietario de nada. Naturalmente los mayores beneficiados de estos sistemas fueron los dirigentes de estas entidades.

La producción agrícola decayó tanto que el Perú, país originario de la papa, termino importando papa de Holanda y también tuvimos que importar –hasta en el segundo gobierno de Belaunde-azúcar, luego de haber sido con Cuba los mayores productores de azúcar del mundo.

Y para terminar, paciente lector, aprecie la situación de Cayalti, Tuman y Pomalca que hasta hace muy poco estaban quebradas luego de haber sido prosperas haciendas.

Sobre la reforma agraria y su resultado final hay mucho material escrito. El autor ha apreciado un libro serio y bien documentado titulado “A 38 años de la Reforma Agraria” editado por la Fundación Bustamante de la Fuente en el que se analiza la Reforma Agraria con un testimonio personal de un destacado especialista en l materia. Ing. Luis Gamarra Otero.

Por razones de espacio no podre entrar en detalles de la forma como se desarrollo el proceso de la reforma agraria en el país pero he tenido la fortuna de encontrar un excelente libro que, en forma calurosa, lo recomiendo a quien se interese en el tema. El libro se titula “Cuentos feos de la reforma agraria” escrito por un antropólogo y sociólogo de nota, don Enrique Mayer, quien es un peruano profesor de Antropología en la Universidad de Yale.

El señor Mayer en forma amenísima y con el bagaje de su cultura ha entrevistado, en todas las regiones del pis, a los protagonistas de la Reforma Agraria, a los expropiados, a los beneficiados, a los ejecutores. En un excelente testimonio de los errores, abusos y atropellos de ese proceso.

En un país tan huérfano de memorias y testimonios el libro que comento en casi de obligada lectura. Otro libro interesante es de Charlotte Burenius, nieta de quien fuera propietario de la famosa hacienda Huando titulada “Testimonio de un fracaso: Huando” que la escribió al alimón con el sindicalista Zósimo Torres. Es un desgarrado testimonio de cómo se arruinó un gran proyecto.

Solo queda agregar, para quienes no lo saben, que en el primer gobierno de Belaunde se aprobó y ejecutó la primera Ley de Reforma Agraria y que al 20 de abril de 1968 había afectado 2.762.657 hectáreas y llego a expropiar 997.442 hectáreas, casi un millón. La reforma agraria de Velasco expropio 8.000.000 de hectáreas.

Pero eran procesos distintos. Solo reproducimos dos párrafos de lo que dijimos en Rescate de l Memoria II al analizar este tema:

“Son dos enfoques diversos, dos concepciones distintas, dos tratamientos diferentes”.

“Uno fue un proceso ordenando con asistencia técnica y crédito y el otro, el de Velasco repartió tierras, y ganado, no pagó la expropiaciones ni ayudó con asesoría técnica o créditos. No solo arruinó la agricultura nacional, sino que provocó el éxodo de los agricultores empobrecidos a los ciudades y el congestionamiento de estas”.

“Si el proceso de reforma agraria de Belaunde hubiera proseguido al mismo ritmo, con igual responsabilidad y seriedad, no hay duda que se hubieran alcanzado progresiva pero seguramente los fines y los objetivos señalados en el articulo 1 de la ley; un aumento de la producción y la productividad. Se habría transformado la estructura agraria del país y sobre todo e habría logrado el desarrollo económico y social del país”.(*)

Pido disculpas al lector si me extendí demasiado en estos temas porque ellos son los que esgrimen los velasquistas para defender su régimen y creí necesario demostrar que eran falacias. Creo haberlo conseguido.

Sobre el régimen de Velasco hay copiosa bibliografía tanto nacional como extranjera porque concitó interés casi mundial: militares tratando de socializar un país.

Los velasquistas solo mencionan los dos grandes “logros” de la Revolución: el caso de la IPC y el de la Reforma Agraria, ya analizado.

Pero no hablan de otras realizaciones porque, sencillamente, tendrían que admitir que terminaron en fracaso.

La mejor prueba de que la Revolución fracasó es que tuvo notoriamente dos etapas que se conocen como la “primera fase”, desde si inicio-hasta 1975 en que Velasco es derrocado y la “segunda fase con Morales Bermúdez desde esa fecha hasta el retorno triunfal de Belaunde.

Enrique Chirinos Soto-con quien tuve muy buena amistad, al igual que con su primo y compañero de estudios universitarios, Guido Chirinos Lizares-era un hombre muy cultivado y al tratar el tema de la revolución de Velasco, en su “Historia de la República: nos recuerda que “ese proceso cumple las fases clásicas que según el modelo de la Revolución Francesa suelen cumplir los procesos revolucionarios y que han sido analizados por Carlos Marx”. Dice que estas fases con “la jacobina” o la etapa de exaltación, que es la del terror y que se inicia cuando Luis XVI es decapitado, que luego sigue la etapa “termidoriana” o de aquietamiento, porque según el calendario de la Revolución termina el 9 o 10 del termidor y es guillotinado Maximiliano de Robespierre. Nos recuerda que en la etapa termidoriana la revolución se modera y hasta se retrotrae y que a continuación se produce la restauración en que regresa el hermano de Luis XVI con nombre de Luis XVIII.

Traspolando estos conceptos a la Revolución de Velasco la etapa jacobina comienza con Velasco, la termidoriana con Morales Bermudes y las restauración con el regreso de Belaunde al poder.(*)

El símil que hizo Chirino Soto es exacto pues es histórico que la Revolución Militar tuvo primera y segunda fase y que en ésta última trataron de desmontar lo que ellos sabían que no había funcionado y prepararon, solícitos, el retorno a la democracia.

Si los propios revolucionarios admitieron que sus fines no se cumplieron, estimamos que no es necesario ahondar en el análisis de los cambios fallidos. Solo enumeraremos parte del fardo que nos legaron.

Aparte los esclarecimiento que hemos realizado a la “solución definitiva” del problema con la IPC y a la Reforma Agraria es menester incidir, para recuerdo de tantos y quizá como primer conocimiento de muchos, en otros “logros” de la Revolución que sus defensores nunca mencionan. Y con muy buena razón.

1. Interrumpieron la democracia. Al hablar de los dictadores hemos expresado opinión sobre el perverso efecto en la vida democrática de las dictaduras que convierten a los ciudadanos en súbditos.

2. Truncaron la prosecución de una obra constructora que estaba realizando Belaunde. Un ejemplo es importante: en su primer gobierno Belaunde inicio los estudios de Chavimochic, el gobierno militar no hizo nada; y a su regreso Belaunde culminó el proyecto Chavimochic y llegó a convocar la licitación internacional para realizarlo. La conclusión es que Chavimochic estuvo paralizado los doce años del gobierno militar. Igual ocurrió con Cooperación Popular que significaba mejorar la calidad de vida de los pueblos que podían acceder al agua potable, al alcantarillado, al aula escolar, a romper el aislamiento aunque vivían y lo consiguiente comercialización de sus productos y en algunas a ocasiones a lograr la electrificación. Considérese que la mitad de las aulas construidas en el primer gobierno de Belaunde las construyo Cooperación Popular. Eso se detuvo totalmente porque era obra del gobierno derrocado. Así irracionalmente sin importarles el destino de los pueblos paralizaron doce años la Marginal de la Selva que ya había dado excelentes frutos en el primer gobierno de Belaunde. Fue muy mezquina esa repulsa a todo lo que no fuera revolucionario.

3. ¿Y que fue lo revolucionario? Crear, imaginar sistemas de socialización. Las comunidades industriales y las laborales, copias del sistema jugo esclavo que llamaban autogestionario frenaron la inversión nacional o extranjera pues nadie en sus cabales iba a invertir en empresas que al final iban a ser propiedad de los trabajadores. Pero la revolución si permitió a una empresa extranjera, la Bayer, Instalarse y exonerarla de ese sistema.

4. Dieron la Ley Normativa a de la Actividad Minera que reservó la comercialización de los minerales creando MIMPECO(Minero Perú Comercial) pero también en este campo firmaron contrato con otra empresa extranjera Southera Peru Cooper Corporation para explotar Cuajone y también con unas veinte compañías extranjeras para exploración y eventual explotación de petróleo.

5. Para realizar “la democracia social de participación plena” crearon una institución odiosa en el recuerdo nacional que se llamo SINAMOS (Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social) que tenia las cuantiosas rentas del Fondo de Desarrollo Económico y las de todas las Juntas y Corporación Departamentales de obras Publicas, las cuales bajo los gobiernos de Prado y Belaunde representaban ya un germen vigoroso de centralización administrativa y de autonomía local.

Una gran “demostración de la “participación plena” fue el regreso en diciembre de 1969 a los alcaldes “adedo” nombrados por el Ministerio del Interior terminando con la democrática elección que había restablecido Belaunde en 1963, luego de que estuviera conculcada por Leguía, 44 años antes.

6. Irresponsablemente estatizaron todo cuando pudieron. Llego a haber 220 empresas estatales. Belaunde solo tuvo 29. El crecimiento de la burocracia fue el fruto de esta decisión.

7. Todas estas empresas, casi sin excepción, produjeron miles de millones de soles de perdidas. Emblemático fue el ejemplo de Pesca Perú luego de que confiscaran a los industriales pesqueros. Actuaron igual que en la Reforma Agraria. No hay noticia de que pagaran lo que expropiaron.

Manejaron en forma tan increíblemente irracional la pesca que sobrepasaron en criminal exceso los 12.000.000 de toneladas y llegaron a 13.100.000 y casi, casi producen la misma extinción de la especie, lo ancho veta.

El Gobierno Militar se hizo propietario de 123 plantas y 1.500 embarcaciones, la mayoría paralizadas.

Pocos años después tuvo que deshacerse de todo eso. De las 744 naves operativos que tenía, 513 fueron transferidas a particulares que exportaron muchos de ellas, especialmente a Chile.

8. Las exportaciones peruanas que representaban en 1969 el 19% de las del Grupo Andino en 1978 se habían reducido al 10%.

Mientras las exportaciones del Grupo Andino crecieron en la década a una tasa anual de 15:47, las del Perú lo hicieron en 5.6%

9. Dos gastos cuantiosos significaron la excesiva compra de armamentos y el capricho de haber subsidiado el petróleo cuando había subido en todo el mundo.

10. Todo lo enumerado acabó con la crisis económica que le transmitieron a Belaunde de 8.000 millones de dólares, de deuda exterior cuando la de Belaunde en 1963, en la que se comprendió la de los gobiernos anteriores, fue de 800 millones.(1)

Si en 1968 el servicio de la deuda era de 15% del PBI, al término del gobierno militar ese servicio de la deuda era el 50% del PBI.

Todo lo sucintamente señalado ha sido el verdadero fruto de la experimentación socialista a la que nos sometieron y que, naturalmente, personas como el señor Ollanta Humala parecería ignorar.

Fue muy acertado Arturo Salazar Larraín al titular” La década perdida” al excelente y documentado análisis que hace del Velascato y que, antes había abordado bajo el titulo “La herencia de Velasco”. Lamentablemente esos libros están agotados y es difícil encontrarlos.

Alguien debería reeditarlos tan solo para que muchos se enteren de la verdad de la historia.

Iniciamos este capítulo criticando la inmerecida importancia que más de un periodista, analista político o noveles historiadores conceden al gobierno de Juan Velasco Alvarado alimentando así el imaginario popular que, generalmente, está lleno de sandeces como la de repetir, tal si fueran loros, que los gobiernos de Odria o de Velasco han sido los mejores y hasta llegan algunos al colmo de calificar a Fujimori como estadista. Invitamos a quienes así piensan a averiguar si hay en algún lugar del mundo o de la historia un estadista condenado a 25 años de cárcel por delito de la humanidad y contra el patrimonio.

Al terminar el libro y en el curso de su redacción hemos encontrado tres últimos artículos de elogio tanto a Velasco los tres, como Fujimori y Velasco dos de ellos, que no podemos dejar de comentar.

Esos artículos no son de un periodista cualquiera. Qué va. Son juicios de quienes tienen un “prestigio personal”. Ahí van sus nombres: Nicolas Lynch, Sinesio López y Juan Carlos Tafur.

Lynch ha sido Ministro de Educación de Toledo, tiene una columna permanente en la República y es candidato al parlamento en la lista de Humala, el señor Sinesio López dicen que es maestro universitario, dirigió dos años el Diario de Marka, organo oficioso de Sendero Luminoso, ha sido Director de la Biblioteca Nacional en el gobierno de Toledo y al igual que Lynch es candidato al parlamento en la lista de Humala. Ambos son los nuevos “cerebros” del partido de Humala y el tercero es Juan Carlos Tafur quien cuando dirigiera el diarios “LA TERCERA” fue el primero en alentar el 2006 la candidatura de Humala con primeras páginas. De él hablaremos al final por que es un viejo conocido nuestro.

Vayamos a lo que han dicho recientemente.

El Señor Lynch en su columna del 25 de Enero de 2011 con el título “Velasco y el nacionalismo” dice: “Muchos de las opinadotes neoliberales creen que arrinconan al nacionalismo tachándolo de velasquita cuando lo que nos hacen es un favor Ojo a este párrafo que es muy explícito. Se jactan de que se les llame velasquistas y para confirmarlo dice a continuación “No por gusto, 30 años después de su muerte Juan Velasco Alvarado continuaba siendo el Presidente de mejor recordición que haya tenido la historia del Perú”. Después de tan descomunal elogio nos ilustra el Señor Lynch de “las tres cuestiones fundamentales que ningún gobierno anterior o posterior ha hecho”. La primera, según él, que “recuperó la soberanía sobre nuestros recursos nacionales y dando a las FF.AA. el nivel disuasivo suficiente para defender el territorio” Si se refiere a la “toma de Talara” ya hemos aclarado en que consistió esa “operación militar” y sobre la defensa del territorio nacional nunca éste estuvo en peligro. La segunda razón según Lynch es que Velasco democratizó la sociedad. Es un sarcasmo que se diga eso cuando el gobierno de Velasco fue una completa dictadura en la que, salvo el año de la Constituyente, no hubo parlamento, elecciones municipales, se confiscó la prensa y todos los medios de comunicación por 8 años y la tercera por “que transformó” el Estado oligárquico, propiedad de unos cuantos “al Estado nacional que velar por el bien de todos” Si el señor Lynch se refiere a las 220 empresas públicas del gobierno de Velasco hay que recordarle que eso y todos los abusos y confiscaciones de Velasco ocasionaron lo que el mismo Señor Lynch reconoce al final de su breve artículo cuando dice textualmente : “La gran limitación de Velasco fue el intentar estar transformaciones por el camino de la dictadura. Ella lo llevó a la bancarrota económica y a la derrota social y política. Así mismo imitarlo hoy en los detalles, 40 años después sería una estupidez sin embargo esto no nos inhibe de recuperar algunos reformar centrales que fuero avances sustantivos”

Este último párrafo que hemos trascrito fielmente es básico para entender la verdadera incongruencia del pensamiento del señor Lynch.

1. Si admite que el gobierno de Velasco terminó en “una bancarrota económica y en la derrota social y política” ¿por qué razón es el gobierno de “mayor recordación que haya tenido la historia del Perú? ¿Debe ser de mejor recordación no olvidar que el gobierno revolucionario dejó una deuda externa de 8000 millones de dolares cuando Belaunde la dejó en 1968 en 800 millones? ¿Debe ser de mejor recordación ver el estado de quiebra de Cayalti, Tumán y Pomalea que eran prosperas haciendas? ¿Debe ser de recordación nacional las confiscaciones en la agricultura, la pesquería y en toda la prensa nacional? ¿No sería mejor que todos los peruanos recordaran que esa revolución tuvo dos fases : la primera para hacer los cambios que elogia el Señor Lynch y la segunda para desmontar lo hecho en la primera fase? ¿No le basta al señor Lynch recordar que los protagonistas de la revolución reconocieron su fracaso cuando restituyeron al pueblo sus derechos?

2. La rotunda afirmación del señor Lynch de que “la gran limitación de Velasco fue el intentar estar transformaciones por el camino de la dictadura”.

¿Y que otro camino que el de una dictadura es viable para confiscar, para disponer de los bienes ajenos tanto agrícolas como pesqueros y aún las propiedades de todos los medios de prensa? ¿En que otro régimen sino en el de una dictadura se puede privar a los ciudadanos de sus derechos y tratar a los ciudadanos como subditos. ¿Conoce el señor Lynch otra vía distinta a una dictadura para realizar las grandes transformaciones de Velasco?

3. De la afirmación del párrafo anterior “que tuvo la gran limitación de alentar estas transformaciones por el camino de la dictadura” cae por su peso la conclusión que esas “transformaciones” se pueden llevar a cabo en un régimen democrático y.

4. Cuando a continuación el señor Lynch dice “Imitarlo hoy, en los detalles 40 años después sería una estupidez “vale decir que la imitación “sin detalles” sería importante sería bueno que precisara que detalles se deberían evitarse ¿sinamos? ¿otra reforma agraria y

5. Párrafo importante en el final que “esto no nos inhibe de recuperar algunas reformas centrales que fueron avances sustantivos”.

Creo que esta afirmación es una clave para que se nos diga antes de las elecciones cuales fueron las “reformas centrales” y cuales los “avances sustantivos” para no terminar en la bancarrota económica y en la derrota social y política.

El segundo de este trio de nuevos intelectuales Sinesio López formula su tesis dos veces, una en una entrevista en la que lo califican de “agudo analista político” que se titula “El lío Keiko – Humala es lió de dos chinos”, de 22 de noviembre de 2010 en el diario la República y la otra en su columna del mismo diario que titula “2011, los dos partidos de fondo”.

En ambas ocasiones dice casi exactamente los mismo: “Esta elección se definirá por uno de los dos candidato que representen a los “chinos” Velasco y Fujimori”.

“En la mente de los de abajo los únicos presidentes vigentes son Velasco por la reforma agraria y Fujimori por su neopopulismo agresivo. Los presidentes democráticos pasaron sin pena ni gloria en esos sectores” Ese es el pensamiento central de Sinesio López, pero en el artículo hace una “advertencia”. Y dice : “Para que este escenario ideal de fondo se produzca Ollanta tiene que ponerse las pilas y organizar una alianza sólida y disciplinada con la izquierda. De lo contrario se puede repetir la historia del 2000 en el que se confrontó principalmente Toledo con el fujimorismo esta vez, en nuevas condiciones por cierto”.

Parece que el señor Humala leyó y releyó este artículo y él o sus asesores convinieron en que era necesario, urgente “ponerse las pilas” y de ahí nace su lista parlamentaria en la que van, por supuesto, Sinesio López, Nicolás Lynch y todos los líderes de izquierda que tuvieron su último momento de gloria precisamente en el gobierno de Velasco quien los llamaba “sus mastines”.

El último de este trío de pensadores tan afectos al recuerdo, a la añoranza de Velasco, es el periodista Juan Carlos Tafur de quien tenemos registradas tres “joyitas”.

La primera cuando, en planes exequias de don Fernando Belaunde se atrevió a escribir en el diario Correo de cual era Director, estas dos frases verdaderamente intolerables “Muy pocos disienten en el juicio negativo de lo que fue Belaunde, como gobernante en sus dos mandatos” y la frase final de ese artículo fue “ya que política y económicamente hablando los dos gobiernos de Belaunde fueron totalmente intrascendentes”.

En ese mismo diario Aldo Mariategui también puso lo suyo y dijo en un artículo que tituló “FBT, no distorsionen la historia “su primer gobierno fue decepcionante” y se expresó en términos irrespetuosos de la señera figura de Belaunde y otro periodista conocido como coprolalico, Andres Bedoya, escribió otro artículo que tituló “el publi sepelio” en el que pretende mofarse de la figura de Belaunde.

Tantas bellaquerías juntas motivaron el envío de una carta que por supuesto el señor Tafur nunca publicó ni comentó y que Ud. leerá en Archivo Personal.

La segunda joyita del periodista Tafur es cuando finalizando un artículo en la revista Idecle dice : “Nadie le puede quitar a Belaunde el sambenito de habernos dejado a Velasco en su primer gobierno y a Alan García en su segundo gobierno”. Es tan grande la sandez de esta expresión, porque raciocinio no se le puede llamar, que es como si alguien dijera una estupidez parecida a ésta “Bustamante y Rivero nos dejó a Odría” y lo culpara por eso..

La última joyita de Tafur es cuando siempre en Idecle en el número 196 del 2009 escribe lo siguiente: “Dos Jefes de Estado cambiaron al Perú el siglo pasado. Uno fue Velasco y el otro Fujimori. El resto no califica para ingresar en ese escalafón, hubo claro está buenos gobernantes, pero os únicos que se salieron del libreto y asumieron una vocación de reforma fueron los dos mencionados. Uno nos hizo retroceder décadas de desarrollo y el otro nos sacó del hoyo peor ambos hicieron de sus mandatos un aganda de cambios”.

Lo primero que pensé cuando leí este artículo, por los antecedentes que tenía del autor fue “el que no califica como periodista es el señor Tafur” máxime cuando en ese artículo habla de las “incompletudes” del segundo gobierno de Alan García. Si el señor Tafur tuviera la humildad de consultar un diccionario cuando escribe quiza merecería algo de respeto.

En esta frase de Tafur encontramos la misma incongruencia que en el artículo de Nicolas Lynch. El primero dice que Velasco nos hizo retroceder décadas de desarrollo” y el segundo reconoce que Velasco terminó en una bancarrota política y en un desastre económica y en una derrota social y política.

O sea que los dos panegiristas de Velasco no tienen más remedio que reconocer los desastres económicos y social de sus gobiernos, pero insisten, al igual que Sinesio López, que Velasco y Fujimori “son los que recuerdan “los de abajo”.

Esos de abajo son los ciudadanos que son la mayoría, los de la clase C.D.E. que, desgraciadamente, son los menos informados, los que están acostumbrados a la “manodura”, los que no creen en la democracia, los que han sido adoctrinados en las dictaduras durante décadas en las que les repitieron constantemente que los políticos son ladrones, los que están habituados al transfugismo, a ver impotentes que la corrupción y la impunidad van de la mano.

Ese electorado, esa mayoría de electorado es presa fácil del discurso de “los pobres contra los ricos” que se repite tanto que Jorge Basadre lo denunció hace más de 60 años, como figura, en palabras de él, en el capítulo “Ejercicio del poder”

Es el discurso más primitivo en una campaña electoral y como la mayoría de los electores no razonan, ni menos analiza, este discurso alimenta ese imaginario popular construido tanto para Velasco como para Fujimori, pero no solamente son los ignorantes los que los difunden entre si mismos, sino que hay columnistas de diarios, “orientadores” de la opinión pública como Lynch, Sinesio López, Juan Carlos Tafur y tantos otros que ayudan a mantener ese imaginario y como el Perú esta en penúltimo lugar (el último es Haiti) en el rango de comprensión de lectura, es decir que gran parte de los lectores no entiende bien lo que lee, imaginese que pasará con los lectores de tan conocidos columnistas, que a veces son directores de diarios como r Aldo Mariategui, que alaban a Haya escribiendo una vez “si Haya es nuestro de Gaulle”.

La pregunta fundamental es el porque los hacen. Y la respuesta están en que “lo tienen en la sangre”.

Han sido velasquistas, prosenderistas, geishas del fujimorismo. Es decir que nunca estimaron la democracia y no la van a alentar jamás y como ellos hay tantos en todos los diarios “chicha” que subsistirán por muchos años más.

Son los periodistas a los que Vargas Llosa los señaló, con nombres y apellidos, cuando se refirió a los “periodistas del estercolero” en el Pez en el Agua. Faltan muchos años y más cultura para librarnos de ellos.


Escrito por

Carlos Cabieses López

Senador (1963-1968 y 1980 -1985). Ex vocal del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Estado del 2001-2004 y del 2006-2009. Ha escrito los siguientes libros: Rescate de la memoria I (1956), Rescate de la memoria II (Primer Gobierno de Belaúnde)


Publicado en

Sacando al fresco

Aquí se escribe el libro Rescate de la memoria Nº IV